7/20/2010

Diario de un hombre diurno

Habiendo aceptado que no era un alma torturada, ni un ser melancólico dedicado a la noche, no me quedó más remedio que levantarme. Me puse mis calzones estampados con calaveras, un par de medias del mismo par y salí. Fue ese mismo día cuando me topé con mi destino. No era particularmente amenazante, pero si bastante pesado.

1 comentario:

Auristela dijo...

Gracias por compartir tu talento con nosotros ♥