3/12/2007
El invitado de piedra
En esta entrega, en este lugar sagrado donde acude tanta gente.....
El "arte" de Raul Rigoli Riggazzi, nacido, como su nombre lo indica en Bolivia. Después de fracasar estrepitosamente en su carrera de "bañero" se topó por casualidad con la plástica. En un viaje que hizo, como trabajador golondrina, a Minesota, Corrientes se topó con una reproducción de una reproducción de "El David", de Bernini, en una panadería. Era una pequeña figura hecha de chocolate blanco. En ese momento supo que su destino estaba en las artes plásticas. Se anotó en un curso municipal de pintura, dibujo y bombas diesel. A fuerza de robarle los diseños a sus compañeros se hizo de un nombre, que pronto trascendió las fronteras de su casa.
Fragmento del último reportaje que dio Raúl, antes de morir en extrañas circunstancias (ciento catorce hachazos en la cabeza).
-¿Definiría su arte como neofiguración?.-
-¿Vas a escribir Arte con mayúscula?.
-Ehhhh, si, si claro.-
-A, bueno. De todos modos lo mio no es Arte. Yo creo una realidad paralela.-
-¿Qué tiene para decirla a los críticos que lo tachan de pueril y autoindulgente?.
-Antes que nada quiero decir que no sé qué quiere decir "autoindulgente". Pero más allá de eso, lo críticos me chupan un huevo. Yo soy el artista, no ellos.-
-Muchos de sus seguidores ven en sus obras una mercada melancolía, un escapismo del mundo moderno. El rescate del romanticismo francés.-
-¿Denserio?-
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